29 DE AGOSTO DE 2019
Llegó el lunes y yo no estoy fresca como una lechuga en absoluto. Estoy más cerca de ser un pasa de uva en un pan dulce que quedó guardado desde el 2000 en algún armario.
No sé ni cómo camino. O cómo enseñé dos clases sin parar hasta ahora.Ya no soy un zombie, hay que inventar un nuevo nombre para esta categoría de muerta viva que soy.
No, no soy exagerada. Aparte de las más de 30 horas que volé, el vuelo cancelado, arrastrar valijas, viajar 3 horas en bus, desarmar valijas, armar otras valijas y hacer limpieza de ropa y cosas en general en mi casa… preparé dos clases y mandé ochocientos emails.
Todo eso.
Y también entre todo eso intenté dormir. Un promedio de 5 horas por día los últimos 4 días.Para algunas personas dormir 5 horas es suficiente, yo estoy más cerca del Hades que de ser la Bella Durmiente. Y me duele todo.
Señores, que me estoy poniendo vieja, admitámoslo! Y aparte de vieja, cascarrabias. Tampoco que toda la vida haya sido pura simpatía y tolerancia, pero estos dos meses me las traigo con la nube que me llueve encima.
Que si no es uno, es otro.La gente está sensible también. Todos se ponen nerviosos y mi hipersensibilidad a los estímulos de mi alrededor me condena a la contractura crónica y me la paso a Paracetamol.
¿Qué es lo que les pasa?. ¡Cálmense ya!
Nervios. Los míos, los tuyos, los de todos. Palabras van, palabras vienen y nadie entiende nada.
Mañana es martes. Mar – tes.
Necesito ayuda. Manden refuerzos.