No me callo más (o un grito desesperado de desahogo)

Basta.

Que no soy yo, sos vos. Que soy yo, no sos vos. Que soy yo y que sos vos. Que si, que no. Que por qué no y que por qué si. Que claro, que si entiendo, que no entiendo nada. Que te explico y que no me explicás. Que te callás y que hablo demás. Que digo y que no digo, que mejor me lo guardo. Que me aguanto,queespero. Que no espero y que desespero. Que no estás, que te vas. Que aparecés. Que te borrás. Que no sabés, que no entendés, que te agotás. Que te asustás. Que mi culpa, que tu culpa. Que por todo esto y por todo aquello.

Basta.

Tengo los ovarios al piso, el corazón agitado y la cabeza me da vueltas de tanta historia y tantas otras cosas que ya ni sé definir. Ira, furia, decepción, enojo, tristeza, nostalgia, esperanza, confusión, miedo, arrepentimiento, felicidad, intranquilidad, reflexión, impulsividad, incapacidad de comprensión, sobreinterpretación, terceras voces, cuartas voces, voces internas, consejos, llantos, la conciencia tranquila, la mente perturbada, la santísima madre que los parió a todos. O algo así.

En el pasado escribir, me ayudó. Procesé y digerí miles de situaciones y emociones. Las exterioricé, compartí con el mundo y salí adelante. Me leyeron, me apoyaron, me criticaron, me dijeron loca, genia, graciosa, simpática. Me quisieron y me odiaron. Y acá sigo.

Al que me friego (por ser sutil y no decir malas palabras,aunque me dan ganas) en el destino que no entiendo, en mí, que tampoco me entiendo y en los demás, que entiendo menos. O yo estoy muy desquiciada, cosa que es 90% probable, o estamos todos desquiciados y a mí me agarró el lobo del cuento de caperucita roja. Ja, encima tengo la habilidad de hacer chistes y reírme.

Gracioso es también que sé perfectamente bien que mañana me voy a sentir mejor, pasado mucho mejor y la semana que viene voy a estar nueva. Pero esta enfermedad del momento, como una gripe de esas que llegan por unas horas y te tomás un Cura 24 horas super poderoso y te la sacás de encima, me quita las fuerzas y quiero gritar.

Me importa un reverendo bledo (no se ni que es un bledo ni tampoco porqué cuernos se dice reverendo bledo, y me importa menos averiguarlo) que después de tanto show lindo, tanta palabra zen y tanta felicidad ahora esté así, pues festejemos entonces. Saquemos los “yo te dije”, los “era obvio”, los “jajajajajajaj”, los “por algo te habrá pasado”, pongamos todas las fichas, las cartas, las medias, los calzones, los pelos, la bosta arriba de la mesa y revolquémonos todos juntos ahí arriba un rato largo, hasta que la novedad pase y algún otro imbécil sufra alguna otra eventualidad y allá corramos todos a revolcarnos de nuevo.

No me lo estoy tomando bien, no,ya sé. Ya se que no es la muerte de nadie y que estoy magnificando la situación. Que en realidad, ni siquiera la entiendo, así que joya, somos unos cuantos los confundidos.

Ya no me importa nada.

Estoy cansada de tanto ocultismo, de tener que pretender que estoy bien cuando no lo estoy, de quien se entera o no, de pensar tanto…

Basta ya.

Esta soy yo, esta es mi vida así como está hoy.

Un caos.